La Mano Verde visita a una clienta exitosa

Hace unas semanas nos llegó un mensaje de una clienta que nos puso muy contentos. Ella, al igual que muchos, nos compró semillas de Kale a través del sitio, pero como muy poquitos clientes compartió con nosotros su experiencia y hasta mandó fotos.

Una vez que recibió el envío de semillas se puso manos a la obra y produjo muchos plantines que luego traspasó a un invernadero que le hizo su marido al lado de su casa. Ellos viven en Limache  y su marido cultiva tomates en invernadero.

Las fotos en el mensaje mostraban un cultivo de Kale muy profesional y como nos quedaba cerca de nuestra parcela decidimos pasar a verlos y conocer un poco más de una clienta que hasta ese momento era sólo otro cliente anónimo.

Claudia nos recibió con gran amabilidad y nos mostró sus cultivos. Quedamos encantados con todo, especialmente la generosidad de compartir con nosotros su experiencia.

El Kale de Claudia es cultivado en camellones con mulch de plástico, riego por goteo y dentro de un invernadero totalmente abierto para ventilación. No lo han atacado las plagas de mosquita blanca que invadían por esos días todo el sector seguramente por el mismo hecho de ser un cultivo orgánico y muy distinto de los cientos de invernaderos de tomate que nos rodeaban.

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Claudia nos explica los secretos de su éxito

A pesar de que el Kale es aún muy poco conocido, a penas pudo cosechar Claudia ofreció su producción orgánica a una verdulería cercana y lo empezaron a vender. Al poco tiempo ya les vendía toda su producción y aún así no fue suficiente. Ahora tiene todo comprometido y a muy buen precio y está pensando en aumentar la producción para aprovechar la demanda que ha surgido. Debo decir acá que esto no significa en ningún caso que el Kale sea un nuevo boom y que hay que ponerse a cultivarlo sobre otras hortalizas, pero en este caso una pequeña producción orgánica hecha con mucho cariño dio resultados y nos alegramos mucho.

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Claudia cosechando con una sonrisa

Así es como imaginamos el futuro, pequeñas producciones familiares de productos orgánicos valorizadas por un mercado a escala humana, productos limpios, sin químicos que mejoran la salud de todos, empezando por quienes los producen.

La experiencia de haber visitado a Claudia nos ha tocado el corazón y ha sido un gran motivador para nosotros. Significa que en algo estamos ayudando a construir el mundo que queríamos cuando empezamos este proyecto. Nos ayuda a seguir confiados en el camino que elegimos. ¡¡Gracias totales Claudia!!