Semillas: Transgénicas, orgánicas, híbridas…¿qué es qué?

 

Nos hablan de semillas corrientes, tratadas, peletizadas, híbridas, transgénicas, orgánicas, ecológicas…Pero, ¿Qué significa todo esto?

Cuando vamos a sembrar alguna hortaliza, las semillas que vamos a ocupar pueden ser de distinto tipo. Hay algunas cosas que debemos saber de las semillas ya que afectan el resultado de forma considerable.

 

En las semillas de hortalizas hay varios atributos que son deseados como vigor, tolerancia a condiciones climáticas, productividad, calidad del producto, homogeneidad, etc. Las formas de aproximarse a la planta ideal son varias y a continuación las revisamos:

 

Semillas Híbridas:

Esta es la cruza por polinización controlada de dos variedades muy puras y estables que se combinen bien. Es decir, mezclar una planta de una variedad que casi siempre entrega los mismos resultados con una de otra variedad que también es muy homogénea en sus resultados. Un híbrido F1 es la primera generación de esta cruza y generalmente las semillas que encontramos son F1. Las variedades puras que se cruzan son en general conocidas y apreciadas por los cultivadores y consumidores y la cruza viene a mejorar aún más estas variedades. Los híbridos no tienen nada que ver con los transgénicos y de hecho algunas veces se dan de manera natural, sin intervención de las personas. El problema que hay con las semillas híbridas es que si guardamos semilla de nuestra produccion, estas semillas no serán iguales a las F1, generalmente serán mucho peores por lo que tendremos que comprar semillas cada año…

 

Semillas Corrientes:

Estas son todas las semillas que no tienen un manejo genético mayor al de la selección. Esta selección es la que ha venido haciendo el ser humano desde el principio de la agricultura y que consiste en guardar semillas de las mejores plantas de cada año para cultivarlas al siguiente. Hay niveles de selección más avanzados donde se eliminan las plantas más deficientes antes de la floración para evitar que participen en la polinización de la próxima generación de plantas pero todas son semillas corrientes.

 

Semillas transgénicas:

Son semillas que han sido resultado de un trabajo de modificación genética directa, a través de la incorporación de genes de otras especies o variedades. Se incorporan genes “extraños” para dar atributos nuevos a plantas que nunca los tuvieron. El problema es que no hay mucha claridad de qué nuevas sustancias van a producir las plantas con esos genes nuevos y las alergias o reacciones que produzcan en quienes consumen esas plantas. Otra preocupación es que pueden contaminar a variedades tradicionales a través de la polinización en el campo, y en un caso muy difundido se ha contaminado una gran parte de la variedad tradicional de la Soja. Las variedades transgénicas se patentan y los dueños de la nueva variedad pueden exigir el pago de royalties a quienes usen su variedad o cruzas involuntarias con su variedad.

Personalmente no consumiría ni cultivaría semillas transgénicas por el potencial riesgo a la salud y por la “alergia” que me produce que alguien patente una variedad que puede ir invadiendo a las demás.

 

Semillas Orgánicas:

Estas son semillas que aparte de ser corrientes en su origen, vienen de plantas que han sido cultivadas de manera orgánica, es decir sin uso de productos químicos. Además, en estricto rigor, para poder denominarse semillas orgánicas la producción de las semillas debe tener certificación orgánica o de lo contrario debieran llamarse semillas ecológicas. Las semillas bio-dinámicas son en la práctica semillas ecológicas que son producidas con el método bio dinámico con o sin certificación.

Un problema con las semillas orgánicas es que en Chile se basa casi únicamente en la confianza de que se hayan cumplido las normas ya que hay muy pocas certificaciones orgánicas y cualquiera puede ofrecer semillas supuestamente orgánicas. Otro problema mucho mayor es que las semillas orgánicas tienen un mercado mucho más reducido, y al no usarse ningún químico para protegerse suelen mostrar muchos problemas de germinación por el tiempo que llevan guardadas antes de sembrarse.

Otro problema es que a veces las semillas no tienen buena genética ya que se ha privilegiado la ausencia de químicos por sobre otros atributos que a mi juicio son igual de importantes o más como la calidad del producto final, la productividad o la resistencia a enfermedades.

 

Semillas tratadas y peletizadas:

En muchas de las semillas, excepto las orgánicas, ecológicas y biodinámicas, se aplican productos como el Thiram para proteger a las semillas de los hongos u otros patógenos que pueden atacar en el primer período del cultivo. Junto con esos productos, las semilleras aplican tinturas para identificarlas. Uno puede eliminar una buena parte de estos químicos remojando en agua las semillas hasta 24 horas y desechando el agua coloreada antes de sembrarlas.

Algunas semillas se venden peletizadas (recubiertas) para mejores resultados sobre todo en cultivos hidropónicos. El pellet trae también productos para proteger la semilla pero sin necesariamente estar en contacto con ella, además trae fertilizantes y arcilla.

 

 

Mi opinión:

Yo jamás sembraría una semilla transgénica, ni comería un producto que contenga material de este tipo. Además evito aplicar cualquier tipo de agroquímicos en mis plantas y mi huerto y trato de no comer alimentos que los puedan contener. Hay algunos vegetales que habiendo visto como los cultivan comercialmente (los tomates por ejemplo) directamente prefiero no comerlos fuera de mi huerta.

He probado semillas orgánicas compradas con muy malos resultados. Muy baja germinación y luego plantas débiles y poco eficientes. Hay semillas que yo mismo he transformado en orgánicas y que planto año a año con buenos resultados como acelgas, porotos, cebollas, habas y otras. En esas semillas confío ya que son buenas variedades, probadas y son semillas que sé que están frescas. Con frecuencia uso semillas corrientes de calidad que remojo para sacarles el thiram. Creo que la selección que pueden hacer las empresas semilleras por ahora es muy superior a la que puedo hacer yo y como busco buenos resultados uso sus semillas. Personalmente considero que la cantidad de químico residual que puede tener una semilla y que le puede traspasar al producto es insignificante y que ya hay en el medio ambiente más contaminación que igual va a llegarles a las plantas.

En algunos casos he recurrido a las semillas híbridas ya que con semillas corrientes no he logrado los resultados que quería, y con las híbridas lo he conseguido la mayoría de las veces. No veo ningún problema de usar semillas híbridas excepto el precio. Son en general mucho más caras que las corrientes pero en algunas hortalizas difíciles como la espinaca y el maíz dulce lo valen.

 

Finalmente están los injertos que permiten trabajar dos genéticas en la misma planta. Las raíces de una variedad súper resistente a enfermedades y con mucho vigor con un injerto de una planta de buena calidad de producto y cantidad. Yo uso esta técnica en tomates, sandías y melones por el momento además de los frutales.